Carmen Cañabate ha sido finalista en los Premios EDUCA en la categoría de Educación Primaria
No cree en los premios a los docentes, porque piensa que es muy difícil poder evaluar a los profesores en el aula. Pero se animó a seguir adelante, una vez superada la primera criba, motivada por su hija, la madre de uno de sus alumnos y una compañera de Educación Infantil de Jaén. Así, Carmen Cañabate, con 34 años de enseñanza a su espalda, profesora y Jefa de Estudios interina del CEIP Clara Campoamor de Huércal de Almería, terminó siendo una de las diez finalistas de los Premios EDUCA a los mejores docentes de España, dentro de la categoría de Educación Primaria.
Esta profesora almeriense, nacida en Armuña del Almanzora, fue propuesta por las familias como mejor docente para estos premios nacionales, divididos en cinco categorías (Infantil, Primaria, Secundaria, FP y Universidad), a través de una plataforma web en la que familias y alumnos pueden nominar a cualquier profesor. Una vez propuesto, se evalúa la cantidad de apoyos que recibe cada candidatura y se hace una selección de algo más de cien profesores por cada una de las categorías y se recibe un correo electrónico para aceptar esa nominación junto con una documentación para justificar los puntos en base al trabajo en el aula -metodología, innovación y si se puede ver en blogs-, formación e investigación -certificados y participación en jornadas- y artículos de los últimos años y visibilidad en redes sociales.
“Que te nominen las familias emociona, pero yo no creo mucho en estos premios. Yo no hubiera participado porque es muy difícil evaluar a un buen docente en el aula, aunque te puedan visualizar en redes. Tampoco recibí el correo de aceptación, porque con la ‘ñ’ -Cañabate- da problemas. Una de las nominadas de Educación Infantil de Jaén me llamó y me envió el correo, yo no quería y cuando se cumplía el plazo me tiré una noche hasta las tres de la mañana rellenando y mandando los papeles”, recuerda Carmen, animada por su hija y una de las madres de sus alumnos en el Clara Campoamor. “Un día me llamaron para decirme que estaba entre los diez primeros y la verdad es que también ilusiona; los veía tan felices que sí me dio algo de orgullo”, narra.
Para Carmen, “no es un reconocimiento a mí, pero sí a una cierta metodología que llevamos en el centro. Cuando llegamos aquí lo hicimos con un proyecto, estamos teniendo apoyo de las familias y suerte con la gente que va viniendo nueva, pero cuesta trabajo y esto es un respaldo a lo que estamos haciendo y le da valor”.
Tras pasar los primeros años por colegios rurales en Benizalón, Gafares o Gafarillas, asegura que fue el San Pedro Apóstol de La Mojonera donde aprendió “a ser maestra de verdad”, por la diversidad tan grande existente. Años después, tenía plaza a tres minutos andando de su casa en Almería capital, pero la llamada de Sofía Deza, directora del Clara Campoamor, le llevó a compartir la apertura del nuevo colegio de Los Pinos en Huércal de Almería hace seis cursos.
Da importancia a “la manera de aprender a leer y escribir desde que los niños son pequeños” porque entiende que “el fracaso en la escuela suele estar ligado a que los niños no cogen a tiempo las herramientas para la lectura y la escritura”, y que los niños tienen “no solo que aprender las letras sino construir textos y hacer lo que hacen los adultos, pero desde pequeños”.
Se considera una gestora. “Nos han educado con libros de texto y hay poca gente que trabaja que no sea con libros de texto. Tenemos que gestionar actividades que les ayuden a aprender lo que el currículum dice pero que sea de manera inteligente. Si tengo que enseñar lenguaje oral se puede hacer con debates”. Congresos, ferias de muestras, documentales y hasta asambleas y elecciones en el mismo formato que los adultos son otras de las actividades que se realizan en el CEIP Clara Campoamor, que cuenta desde esta semana con una de las mejores docentes de España.
Reportaje dpbmedia para Diario de Almería